Por el brazo izquierdo del crucero se pasa al claustro barroco. También se puede entrar desde la plaza pasando por la portería.
Las bóvedas son de mediados del siglo XVI -iniciadas en 1550- obra de Juan de Badajoz y las fachadas son del XVIII obra del monje celanovense Fray Plácido Iglesias; el arranque de las bóvedas son bustos de figuras históricas. Sobre unas arcadas de lineas escuetas se alza un piso de ventanales con manineles y cornisa que constituyen un alarde de lineas. Las pilastras acaban en pináculos y a cada lado de la pilastra central de cada lienzo se extiende un frontón que proyecta una enorme gárgola sobre la que se encuentra un reloj de sol, correspondiéndose con los cuatro vientos.
En el lado este se encuentra el grandioso refrectorio, con alta boveda fingida sobre seis arcos fajones. El detalle más señalado es el púlpito con labra renacentista.
Por el ángulo NE se sale a la huerta del monasterio en la que se encuentra la Capilla de San Miguel
En el lado NO se encuentra la gran escalera artesonada, con cúpula de gallones, divididos en casetones con pinjantes; a su derecha aún quedan muros de la iglesia románica. Por esta escalera se sube al coro alto.
Las otras dependencias son salas que ocuparon los archivos, sala capitular y biblioteca, cuyos anaqueles son dignos de la riqueza que guardaban.
La cocina, de planta cuadrada está cubierta por bóveda de arista entre arcos fajones y formeros lisos. Del centro y delimitada por columnas, arranca la chimenea.
En el lado este se encuentra el grandioso refrectorio, con alta boveda fingida sobre seis arcos fajones. El detalle más señalado es el púlpito con labra renacentista.
La obra de cantería más refinada está en la portería, con cinco tramos de bóveda casetonada, con rica decoración.
La escalera de la portería conduce a la parte alta del Calustro del Poleiro por donde está el actual acceso de la Biblioteca.
El Claustro do Poleiro, terminado en 1722, de elegante arquería de orden xónico, con aire neoclásico. Tiene un balcón sobre ménsulas talladas de gran desarrollo que recorre tres lado del piso bajo para dar acceso al segundo de los órdenes de celdas que permite la altura de este cuerpo.
Las fachadas exteriores son obra del siglo XVI y con menos ornamentación. La que da al S, sobre la Alameda de la villa, tiene portada de medio punto. Las dos plantas superiores tiene balcones de gran vuelo alternados con ventanas. A cada extermo de la fachada hay un torreón, con gran cornisa y pináculos, y balcón el del este. En el centro, escudo del monasterio y frontón angular con tres pináculos
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